viernes, 13 de enero de 2012

A vueltas de la vida.

La mañana se me ha hecho pequeña en la ventana de la memoria. He cerrado los ojos al tiempo que notaba un agudo dolor en todo el cuerpo, un dolor austral, frío y rotundo, un dolor desangelado, rudo, infeliz. El sueño ha picado ligero a la puerta de hierro de mi conciencia ocupada por el filo enervado de ese dolor que duerme conmigo, su timidez de pez quiere tragarse al temible tiburón que me devora;quiero creer que lo consigue. Ahora duermo, sin paz y roída como queso por ese calambre que se asoma a mis ojos cerrados. En ese inquieto dormir sin sueño se ha colado una brizna de alivio, un soplo que me da resuello y del que respiro.Pronto dan las 9, vuelta al trabajo. La almohada hundida guarda mi forma, si me acerco y presto oído, despide palabras y anhelos a la vez que yo me desperezo en un bullir de brazos y bostezos. Otro día persiguiendo a la vida, ya la alcanzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario