lunes, 9 de octubre de 2023

No alcanzo a la memoria

Escapar al olvido es una carrera agotadora. Los contornos pierden forma y se unen al vacío. No sé si mañana volveré a reconocerte, te escurres y en el espejo hay otra. Hay pasos que manchan la arena mientras las olas se recogen entre espuma en el fin del horizonte donde ha caido el sol hecho añicos. La música arranca girones de mi piel, me golpea los tímpanos y algunos gorriones con su canto ligero y alegre vienen a volar a mi lado, calmándome. Todo desdibujado, todo diferente cada minuto, todo nuevo. Corro una carrera sin meta final, porque cada vez luce nueva, sin estrenar y eso me aterra. El grito sale de mi garganta para perderse, cómo no, entre ecos del fondo del precipicio.; cuando vuelve a mi ya no sé de que boca salió, no le pongo cara ni voz. ¿Qué es esto que noto en el pecho? Se llama corazón y late. También lo noto en la sien, como un golpecito rítmico, fugaz y me parece eterno. Pero lo eterno dura segundos, el siguiente acto nace renovado, bruñido como la lámpara de Aladino y vuelvo a ser protagonista sin quererlo. Corro, vuelo y sobre todo callo. Las palabras se unen con letras que puestas en el papel apenas reconozco.Y tú, ¿quién eres? ¿qué quieres? ¿puedes guiarme?. Sé que esty perdida y no quiero aceptarlo, me reafirmo con violencia sin saber muy bien a quien dirigirla y de pronto noto el golpe de mis manos en la cabeza hueca que alberga tantos sonidos rotos que me aturden, es mi propia cabeza, mi propia y dolorida cabeza. Soy yo, pero ¿hasta cuando? No alcanzo a la memoria, ella ha cobrado vida propia y su estela es como un perfume que siento mio pero no puedo apresar con mis sentidos, se aleja. Así es la dura enfermedad que me ha hecho presa, que me tiene retenida en sus garras infames, asi es el alzehimer con mi pobre alma. Un valiente guerrero, un buen amigo.